Un Junior de dos caras
La liga 2022-I se ha convertido en un viacrucis para Junior, puesto que la ilusión de la hinchada de ver a un Junior dominador y arrollador en todos los estadios del país no ha sido posible. Mientras que como local ha convertido el estadio Metropolitano en un fortín inexpugnable (como debe ser) donde demuestra su poderío ofensivo, como visitante ha demostrado muchas falencias y ha sido superado por mucho… y con poco.
La prueba está en su campaña: cuatro triunfos en casa y cuatro derrotas fuera de ella. Un equipo fuerte como local, un equipo débil como visitante. Un equipo que en una fecha demuestra dotes defensivas y lleva la batuta del partido, y en la otra sufre para mantener un resultado y para marcar un gol. Todo un caso extraño, en el que la ambigüedad se convierte en la carta de presentación de un equipo del que se espera mucho, pero que brinda poco.
A pesar de la nómina experimentada y la gran inversión en hombres como Miguel Borja, Fernando Uribe, Yesus Cabrera y Omar Albornoz, el conjunto ‘tiburón’ no ha logrado enamorar a su hinchada y ha sufrido más de la cuenta los partidos, a pesar que su técnico se empeñe en negarlo y que su capitán se enfoque en que un solo gol es necesario para ganar, lo que se ha traducido en un octavo puesto que no llena las expectativas y genera pesimismo, aún cuando hay 12 fechas por delante.
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