Las Tiburonas viven su momento más crítico. La goleada ante Independiente Medellín dejó en evidencia la mala organización y el poco interés que han mostrado las directivas para conformar un equipo competitivo que le permita al conjunto barranquillero aspirar al título de la Liga Femenina en la temporada 2024.
Lo visto en el Estadio Atanasio Girardot fue el reflejo de la excesiva juventud y la poca experiencia que tiene el equipo costeño, que ahora fue asumido por Yinaris García ante la salida de Eduardo Collado, quien nunca pudo dirigir realmente puesto que su licencia no fue homologada, situación nunca antes vista en la corta historia de este equipo.
Hasta el momento Junior ha disputado cuatro partidos y se han saldado con cuatro derrotas, con un solo gol a favor y nueve en contra; números preocupantes que apagan contundentemente la esperanza de ver a este equipo pelear por una clasificación a la siguiente ronda. Sin duda, este equipo es candidato a quedar eliminado prematuramente por diversos factores que parecen imposible de superar.
El grupo de jugadoras que conforman la nómina 2024 de las Tiburonas están llenas de juventud y ganas de superarse, pero que lamentablemente luchan con la adversidad y la desidia de una directiva que poco o nada muestra interés en el fútbol femenino. Y ahora, para medio tratar de reponer el asunto, llaman nuevamente a Yinaris García (quien nunca se debió ir) para que pueda mejorar los números en los restantes 11 partidos.
Hay muchas cuotas de responsabilidad compartidas en este mal momento que viven las Tiburonas, pero lo hecho hecho está y ahora deben tratar de mejorar en todas las líneas para obtener el primer triunfo en esta temporada. La próxima oportunidad que tendrán será ante Millonarios, uno de los rivales que aspira a conseguir el título este año, y en sus manos está la oportunidad de resurgir de las cenizas o de seguir hundidas. De ellas depende.
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